La disfagia es la dificultad para tragar o deglutir los elementos líquidos o sólidos por afectación de una o más fases de la deglución. La afectación puede presentarse en la preparación oral del bolo o en el desplazamiento del alimento desde la boca hasta el estómago.
La disfagia es un problema frecuente en la EP y afecta hasta al 50% de los pacientes en el curso de la enfermedad. Su instauración es lentamente progresiva, por lo que el paciente suele tener escasa conciencia de su dificultad para tragar hasta fases más avanzadas. Es importante considerar la presencia de disfagia, porque es un factor de riesgo para infecciones respiratorias de repetición.
Los pacientes con EP en estadios avanzados de la enfermedad pueden presentar dificultades al masticar o coordinar los movimientos de la lengua para situar el bolo alimentario en la posición correcta para deglutir. El mismo peristaltismo esofágico podría verse enlentecido y provocar en ocasiones disfagia.
El manejo no farmacológico de la disfagia orofaríngea se ha estudiado en diversas enfermedades neurológicas. En función de las revisiones publicadas que han evaluado tratamientos no farmacológicos que cumplen los requisitos de la medicina basada en la evidencia, se pueden emitir las siguientes recomendaciones:
- Comer siempre en fase on, es decir, cuando el paciente presenta una buena movilidad y coordinación motora, con el fin de evitar broncoaspiraciones y la posible infección respiratoria.
- Facilitar la deglución mediante sencillos consejos como sentarse correctamente, poner poca comida en la boca, no hablar mientras se come y masticar muy bien los alimentos.
- No se debe poner comida adicional en la boca antes de haber tragado el trozo anterior.
- Se deben recordar los pasos para tragar lentamente: mantener los labios cerrados y los dientes juntos, poner la comida en la lengua, levantar la lengua hacia arriba, llevarla hacia atrás y tragar el alimento.
- Los alimentos triturados y semisólidos, como el puré o los yogures, son más fáciles de tragar que los alimentos líquidos, picados o cortados finos.
- Evitar distracciones como el televisor, niños jugando por la sala, etc.
- Evitar que el paciente gire la cabeza si otra persona le da de comer.
- Comer lentamente y dejar una pausa entre cucharadas.
- Los alimentos un poco ácidos (servidos con limón, por ejemplo) pueden provocar automáticamente el reflejo de deglución.
- Se puede acompañar el alimento con un sorbo de agua fría, pues ésta estimula el reflejo de la deglución.
- Evitar acostarse inmediatamente después de comer.
- Seleccionar alimentos con textura suave, sin mezclar consistencias (por ejemplo, sopa), temperatura (mejor comenzar con alimentos fríos) e intentar acercarse a las preferencias del paciente.
Recomendamos leer el siguiente artículo, donde encontrar ejercicios para mejorar la disfagia:
Ejercicios para mejorar la disfagia
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