La enfermedad de Párkinson y los problemas de equilibrio, afectan al sistema nervioso en el área encargada de coordinar la actividad, el tono muscular y el movimiento. Es un proceso crónico que pertenece a un grupo de trastornos que tienen su origen en la degeneración y muerte de las neuronas productoras de dopamina. La dopamina es un neurotransmisor esencial para el control de la coordinación del movimiento y la postura.
Por ello, la importancia de practicar ejercicios cada día.
A continuación se muestran una serie de ejercicios para el control del equilibrio y de la estabilidad postural tanto de pie como en sedestación.
Debido a la afectación de la postura en flexión de tronco se tiende a perder el equilibrio hacia delante, además está afectada la capacidad de adaptación al cambio de posición del cuerpo en el espacio. Esto da lugar a inestabilidad y caídas en la enfermedad de Párkinson.
Sólo vamos a usar en esta ocasión una silla, ya que dependiendo de la capacidad individual, los ejercicios se realizarán bien sentados, de pie con sujeción o de pie sin agarrarse.
Se pretende reeducar esta capacidad por el entrenamiento, poniendo al cuerpo en situaciones de desequilibrio para que se reactiven las vías cerebrales necesarias para controlar esta función, de manera que proporcionen más estabilidad y así evitar caídas.