El área cognitiva abarca muchas funciones cerebrales, algunas de las cuales actúan de forma interrelacionadas como es el caso de la memoria, la atención (sentirse distraído, desorganizado, o tener la dificultad para planificar y llevar a cabo tareas), y dificultad en la concentración.
Las personas afectadas, presentan problemas a la hora de recordar información, y pueden presentar problemas a la hora de encontrar palabradas correctas al hablar.
El pensamiento se lentifica considerablemente, y aunque suelen presentarse olvidos, la presencia de estos por sí solo, no es significativo.
Existen a día de hoy innumerables formas de prevenir el deterioro cognitivo, mediante ejercicios mentales, que ayudan a la persona a aprender nuevas formas de asociaciones y de estrategias, que les ayuden a recordar y a interiorizar nuevas formas de afrontamiento para un correcto funcionamiento mental.
La estimulación cognitiva es el conjunto de acciones que se dirigen a mantener o mejorar el funcionamiento cognitivo mediante ejercicios de memoria, percepción, atención, lenguaje, funciones ejecutivas (solución de problemas, planificación, control,…), funciones visuoespaciales, etc.
La estimulación cognitiva se basa en la plasticidad y en la reserva cerebral para mejorar el rendimiento de las capacidades mentales mediante técnicas y ejercicios organizados de modo sistemático. Entre las llamadas terapias no farmacológicas, es la que recibe el mayor apoyo empírico, basado en la evidencia.
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