El parkinson es una enfermedad crónica y degenerativa, por lo que todos las esperanzas y esfuerzos para combatirla se centran en frenar su avance. En este sentido, es clave ofrecer a los pacientes una atención integral y continuada, cuyo objetivo principal es ralentizar la progresión del parkinson. Sin embargo, ésta resulta tan costosa que la Seguridad Social no la cubre, recayendo así dicha responsabilidad en las diferentes asociaciones creadas en torno a esta patología.
En este contexto, la Asociación de Enfermos y Familiares de Parkinson de la Bahía de Cádiz, que lleva desde 2003 trabajando con las personas que sufren esta enfermedad y su entorno en todo el ámbito comarcal, puso en marcha hace un par de años el programa «On-Off movilidad e inmovilidad». Se trata de un proyecto destinado a ofrecer una atención integral a los pacientes en cualquier fase de la enfermedad. «Los enfermos de parkinson no tienen cura, pero si complementas su tratamiento farmacológico con un tratamiento integral está comprobado que mejora su calidad de vida», explica Lola Garzón, directora de la entidad.
Con este propósito, el proyecto cuenta con cuatro líneas de trabajo principales. Por un lado, ofrece sesiones grupales de fisioterapia, según el grado de afectación del paciente, para procurar mejorar su movilidad. Además, realiza un taller de estimulación cognitiva, que, más allá de tratar de agilizar los procesos mentales de las personas afectadas, también busca introducir a sus usuarios en el mundo de las nuevas tecnologías. La tercera gran línea de actuación es la relativa a la psicoeducación, en la que, a través de talleres grupales, se trabaja para concienciar al enfermo y a sus familiares acerca del parkinson y lo que esta patología supone.
«Esta intervención, gracias a la cual se enseña al paciente y a sus familiares a aceptar, o como mínimo, a adaptarse a los cambios surgidos a raíz de la enfermedad, ayuda además a prevenir el aislamiento social de sus usuarios, quienes habitualmente huyen de las relaciones sociales por vergüenza a mostrar los síntomas del parkinson», explica Lola Garzón.
Por último, la cuarta línea de trabajo del programa «On-Off movilidad e inmovilidad», que presta servicio a cerca de 50 personas afectadas de Parkinson, se concreta en un servicio de asistencia social gracias al cual no sólo se procede a realizar una valoración inicial del paciente para diseñar una terapia a su medida, sino que además también ofrece a sus usuarios la gestión de todo tipo de ayudas y prestaciones.
Así pues, el proyecto de la citada asociación, que ha podido desarrollarse con garantías gracias al apoyo de la Obra Social La Caixa, busca «mejorar la calidad de vida de las personas con parkinson y frenar en la medida de lo posible la progresión de la enfermedad gracias a una terapia de carácter integral que la sanidad pública no ofrece», concluye la directora.
Fuente: LaRazon.es