¿Nuestra dieta llega a aumentar el riesgo de párkinson? ¿Lo que comemos puede ayudar a aliviar algunos síntomas? Párkinson y nutrición, 10 datos que seguro te interesarán.
Ha calado tan profundamente en todos la idea de que nuestro estado de salud está determinado en buena medida por lo que comemos, que no más nos enfermamos ¡allá vamos! San Google, dime ¿qué alimentos pueden ayudar a…?
Y al instante miles de páginas se disputan ser las primeras en la lista, que tú las elijas para saber qué puedes comer para aliviar tus síntomas o evitar una enfermedad.
En el párkinson, la nutrición tiene un rol muy complejo, pero en este artículo te bridamos información rápida y sencilla con la que llevarte un buen puñado de conocimientos, muchos de ellos de aplicación práctica inmediata ¡Allá vamos!
El consumo de leche y otros productos lácteos, así como de grasas de origen animal se ha asociado a más riesgo de párkinson.
El café y el té se han asociado a menor riesgo de padecer la enfermedad.
El famoso estrés oxidativo parece ser un mecanismo importante en el párkinson, de ahí la importancia de que los enfermos consuman los llamados alimentos antioxidantes como arándanos, brócoli o tomate.
La granada, un famoso antioxidante, curiosamente parece tener cierto efecto negativo en el párkinson, según estudios realizados en animales de experimentación.
Las proteínas interfieren con la absorción de la levodopa, el fármaco básico en el tratamiento de la enfermedad. Por esto se aconseja comer alimentos proteicos como carne y pescado en la cena o tomar la medicación media hora antes o una hora después de ingerir alimentos.
En las personas que la medicación provoca nauseas, unas galletas o una tostada al momento de tomar el fármaco puede llegar a ser necesario.
Los suplementos de hierro también pueden interferir con la absorción de la medicación.
El estreñimiento es uno de los síntomas no motores más comunes del párkinson. Comer alimentos ricos en fibra y tomar mucho líquido es fundamental para combatir este síntoma.
Usar cúrcuma como especia en diferentes platos puede ayudar a aliviar los molestos calambres musculares nocturnos, según aconseja la Fundación Michael J. Fox. En este sentido también puede ayudar beber tónica, que contiene quinina.
Hay verduras que contienen levodopa, como las habas, pero la cantidad que aporta un consumo normal no parece que sirva para aumentar los niveles de dopamina, el químico cerebral que está en déficit en el cerebro de los enfermos de párkinson.