En la Enfermedad de Párkinson, el síntoma principal es la rigidez muscular, y esta rigidez afecta más a la musculatura flexora, de manera que hace que el cuerpo adopte una postura en flexión permanente, con la curvatura dorsal muy acentuada, y el tronco y la cabeza inclinados hacia delante. Además, afecta más a un hemicuerpo que a otro, haciendo que la columna se pueda inclinar hacia un lado. Debido a esto, se recomienda hacer los ejercicios frente a un espejo para poder tomar conciencia del esquema corporal y las alteraciones posturales y corregirlas en la medida de lo posible. En este caso sólo será necesario una silla, un espejo y un trozo de pared libre, pudiendo hacer todos los ejercicios de pie o sentado según las posibilidades de cada paciente. El objetivo que queremos conseguir es evitar mayores retracciones y acortamientos musculares, que provoquen contracturas y sigan empeorando la postura en flexión, afectando secundariamente a la marcha, produciendo caídas por pérdida del centro de gravedad hacia delante.