En las terapias de logopedia, nuestros usuarios trabajan la respiración con los espirómetros, para lograr un aumento de la capacidad respiratoria.
La rigidez muscular propia del Párkinson en piernas y brazos, está también presente en los músculos del pulmón y en el diagrafma.
Esta rigidez puede ser un obstáculo para llenar los pulmones de aire cuando inhalamos y controlar la liberación del aire cuando hablamos durante la exhalación. Esto puede hacer que haya breves ráfagas de habla, o que el paciente comience una fase, y se quede sin aire antes de acabarla.
Las dificultades respliratorias que manifiesta el Afectado de Párkinson repercutirán directamente en la fonación, ya que la respiración es la base para una buena emision de voz.
Por lo tanto, se trabajará para conseguir una respiración de tipo costo-diafragmática. Es decir, se deberá coger el aire por la nariz notando como se hincha la barriga y se deberá sacar por la boca, mientras se deshincha.
La terapia de habla puede realizarse en entornos diferentes, pero siempre debe estar controlada por un logopeda.
Si se espera a que el habla esté muy afectada, será muy difícil conseguir una mejora y la terapia no será eficaz. La clave está en una intervención precoz.