Los ganglios basales son unas estructuras cerebrales que se encargan de regular las secuencias motoras complejas, sobre todo los movimientos automáticos (caminar, girarse en la cama, ponerse de pie…).
En la enfermedad de Párkinson el funcionamiento de estos ganglios está alterado, de ahí la dificultad para realizar los movimientos de forma adecuada en amplitud, velocidad, ritmo…
Si proporcionamos estímulos externos visuales, auditivos y/o táctiles, se activan circuitos cerebrales alternativos a los que están dañados, y de esta manera se mejora la calidad de los movimientos y de las secuencias motoras afectadas, como por ejemplo la marcha, además de ayudar a salir de los bloqueos.
En esta ocasión se van a realizar los ejercicios reforzados con pistas auditivas que nos proporciona un metrónomo o puedes usar también algún dispositivo en casa que emita sonidos rítmicos. Pretendemos mejorar aspectos de la marcha como son la cadencia de los pasos, la amplitud y altura de estos, mejorar los giros, evitar el arrastre de los pies, salir de los bloqueos y evitar caídas.