Un equipo de científicos italianos ha llevado a cabo una minuciosa revisión de los estudios sobre el efecto que tienen estos compuestos en el sistema nervioso y la principal conclusión es que, efectivamente, los polifenoles de la dieta mejoran las capacidades mentales. ¿Cómo lo consiguen? Disminuyendo la inflamación crónica y reduciendo la formación de radicales libres (gracias a su efecto antioxidante). Además, la capacidad de los ácidos fenólicos de acumularse en el cerebro los convierte en potenciales fármacos, aunque para llegar a eso todavía falta más investigación en humanos.
El equipo liderado por Giuseppe Caruso detalla que los ácidos fenólicos evitan la formación de las placas de amiloide, tienen propiedades antiagregantes (evitan la formación de coágulos sanguíneos) e impiden los acúmulos de proteínas implicadas en el párkinson o en la demencia de los cuerpos de Lewy.
Los principales alimentos que nos proporcionan esos polifenoles que actúan como ‘escudos protectores’ de nuestro cerebro son: el café, el té, el vino tinto y el aceite de oliva.
Los polifenoles y los alimentos que no pueden faltar en nuestra dieta para mantener en forma nuestro cerebro son:
- Ácido cafeico: está presente en el café. Ejerce efectos neuroprotectores a través de la modulación de la neuroinflamación y el estrés oxidativo.
- Ácido clorogénico: se encuentra en el café verde, la alcachofa y la canela. Tiene poder neuroprotector y antiinflamatorio frente al virus del herpes simple; es un antidepresivo y promueve la liberación de serotonina. Además, también ayuda a quemar las grasas y a regular los niveles de colesterol.
- Ácido ferúlico: se encuentra en hortalizas, leguminosas, piña y avena. Su actividad neuroprotectora depende a menuda de la combinación de sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. En ratones se ha comprobado que tienen un papel clave en los trastornos del estado de ánimo.
- Ácido gálico: arándanos, manzanas y nueces contienen este polifenol. Puede ser eficaz contra el deterioro cognitivo relacionado con la edad y la enfermedad, debido a su efecto antioxidante, antiinflamatorio y neuroprotector.
- Ácido rosmarínico: lo contienen hierbas como orégano, romero, salvia y albahaca. En animales con epilepsia se ha encontrado que disminuye los niveles de radicales libres y las convulsiones.
- Ácido acetilsalicílico: más conocido como aspirina, su actividad neuroprotectora se ha confirmado en ratas a través del descenso de los marcadores de neuroinflamación.
- Ácido tánico: café, cacao, té y vino tinto son fuentes de este compuesto. La capacidad del ácido tánico para modular positivamente los déficits conductuales y la neurodegeneración se ha demostrado en un modelo de ratas con un infarto cerebral.
- Ácido p-cumaríco: está presente en muchos vegetales. A sus efectos neuroprotectores se suman los antibacterianos.
- Ácido sinápico: se encuentra en hierbas, bayas, semillas oleaginosas y cereales. Se ha demostrado que ejerce una actividad neuroprotectora en diferentes modelos animales de trastornos neurodegenerativos como la enfermedad de Alzheimer y el párkinson.
- Aldehído cinámico: es el responsable del sabor y olor característicos de la canela. Los experimentos en animales han demostrado que reduce la ansiedad.
Fuente: elconfidencial.com
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