La disfagia es una condición que afecta la capacidad de tragar alimentos y líquidos de forma segura, especialmente en personas con daño cerebral o enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson. Esta guía de nutrición está diseñada para ayudar a los pacientes con disfagia y a sus cuidadores a planificar una dieta adecuada, asegurando una nutrición óptima y minimizando el riesgo de complicaciones como la desnutrición y las infecciones respiratorias.
La disfagia puede afectar tanto la eficacia de la deglución como la seguridad durante la ingesta. Las personas con disfagia tienen dificultades para tragar, lo cual puede derivar en atragantamientos o la aspiración de alimentos hacia las vías respiratorias, causando neumonía. Por ello, es fundamental adaptar la alimentación para garantizar una ingesta segura, nutritiva y variada.
La «Guía de Nutrición para Personas con Disfagia» incluye recomendaciones detalladas sobre la preparación de alimentos con texturas seguras y consistencias adecuadas. Existen tres tipos de dietas para los pacientes con disfagia, dependiendo de la gravedad del problema:
La guía ofrece ejemplos de menús semanales adaptados para cada tipo de disfagia, garantizando una dieta balanceada y variada. Los cuidadores deben prestar atención a las características de los alimentos, como evitar grumos, texturas dobles o alimentos pegajosos. Además, se recomienda usar espesantes para líquidos, para evitar riesgos durante la deglución.
El manejo de la disfagia requiere la participación de un equipo multidisciplinar, que incluye médicos, logopedas y nutricionistas, para valorar el estado del paciente y adaptar la dieta a sus necesidades específicas. Es fundamental seguir estas recomendaciones para mejorar la calidad de vida y evitar complicaciones derivadas de la disfagia.
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