En los afectados con párkinson, el reconocimiento y expresión facial de las emociones están deteriorados, la conocida como Poker Face, técnicamente hipomimia.
Este signo provoca dificultades marcadas para expresar las emociones con el rostro y, aunque en realidad lo que dice la cara diste mucho del estado afectivo en ese momento del enfermo, puede llevar a los demás a pensar que son indiferentes o que simplemente no entienden lo que se les dice.
Este problema con las emociones y el rostro parece que no solo se extiende a la expresión, sino también al reconocimiento de las emociones.
La familia debe comprender que en algunos enfermos la expresión de su rostro no esté en consonancia con las emociones que priman en el momento. No son indiferentes, no es que no comprendan: es que su cara no puede expresar lo que sienten.
Desde las diferentes terapias no farmacológicas, como la fisioterapia o la terapia psicológica, se pueden tratar estos problemas.
En el Taller de emociones trabajamos, no solo como detectarlo, sino a expresar y comunicar a través de las expresiones faciales, los diferentes estados anímicos, algo imprescindible en su día a día.